Read Ebook: Música y Músicos Portorriqueños by Callejo Ferrer Fernando
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"De acuerdo con las manifestaciones del ilustre ruso, har? mis apreciaciones al estudiar las obras de los compositores nativos." Hasta ah? el art?culo de referencia.
Se notar? que, en los distintos cap?tulos de este libro, repito nombres y hechos ya citados. Lo hago, expresamente, para facilitar la b?squeda de un dato aislado, en caso de consulta.
El trabajo no es completo. La premura con que he practicado las ?ltimas investigaciones para preparar, a tiempo, la edici?n, puede ser la causa de nuevos errores u omisiones y nunca el prejuicio pasional ni la envidia por m?ritos o ?xitos extra?os.
Prefiero pecar de indulgente antes que, por riguroso, se me califique de ego?sta. Los que me sigan en esta labor, podr?n rectificarme ya que, por lo menos, les presento una forma de f?cil orientaci?n, de la cual yo he carecido.
EL AUTOR.
Agosto 10 de 1915.
SECCI?N PRIMERA.
Anotaciones Hist?ricas.
El arte musical, en la forma en que ha llegado hasta nosotros, tuvo su origen en la Iglesia Cat?lica, siendo, primeramente, San Ambrosio, poco despu?s San Gregorio, m?s tarde, Guido D'Arezzo, y, ?ltimamente, Crist?bal Morales y Juan de Palestrina, los verdaderos fundadores de la m?sica religiosa, generadora ?sta, a su vez, de las dem?s formas de la composici?n e interpretaci?n musical.
Guido D'Arezzo o Arettino, monje de la abad?a de Pomposa, nacido en Arezzo, villa de la Toscana, a fines del siglo X, y al que se atribuyen muchas invenciones sobre el arte y su ense?anza, que no son del caso relatar, es indudable que fu? el primero en establecer un m?todo para la ense?anza del canto, cuyo estudio era asaz dif?cil y penoso, y di? a los siete sonidos musicales la denominaci?n sil?bica que todos conocemos, tom?ndola de la primera s?laba de cada uno de los versos del himno de San Juan Bautista.
Siendo la Iglesia uno de los principales factores en el descubrimiento de Am?rica; asumiendo, casi por igual, con los conquistadores, los deberes y derechos de la colonizaci?n; y, estando en ella vinculadas, por aquella ?poca, todas las manifestaciones del saber humano y m?s especialmente las art?sticas, es l?gico suponer que fu? tambi?n la Iglesia la cuna del arte musical portorrique?o.
Tal suposici?n la confirma el padre Manso, primer obispo de Puerto Rico, al establecer la organizaci?n interna de la iglesia catedral, en sus Letras Episcopales dadas en Sevilla, con car?cter de documento p?blico, ante el Notario Garc?a Fern?ndez, con asistencia de los delegados regios, como testigos.
La Colonizaci?n de Puerto Rico.--S. Brau. 1908. P. R.
No pudo, el padre Manso, constituir la catedral, durante los primeros a?os de la colonizaci?n, con tan lujoso cabildo, pues ni estaba erigido el templo ni dispon?a de recursos para sostenerlo.
La desaparici?n, en 1625 de los archivos eclesi?sticos, no nos permite fijar la fecha de cu?ndo empezaron a efectuarse los servicios del organista y cantores en la Catedral. Por tal motivo es que tomamos, como punto de partida para estas anotaciones, la fecha de 1660.
En el tomo primero de las actas capitulares existentes en el Obispado, seg?n notas certificadas que bondadosamente ha tenido a bien facilitarnos el se?or Secretario del Obispo, Rev. Padre Hormachea a quien est? encomendada la penosa labor de reorganizar el archivo, aparece, como primer acta, la fechada en 9 de enero de 1660. En ella se consignan los nombramientos, para dicho a?o, del presb?tero Don Ger?nimo de Ovando y Guerra, como organista, y de Juan Pi?ero, para sorchantre, donando 150 misas, valor de 15 reales de plata cada una, para el organista, y 50 para el sorchantre.
El Padre Ovando permaneci? de organista hasta el a?o 1690, quedando vacante la plaza durante todo el 1691, hasta que, en enero de 1692, fu? nombrado el padre Don Juan de Morales quien la sirvi? hasta diciembre del 1698.
No dice el acta si Ovando muri? o retorn? a Espa?a.
Por primera vez, aparece en el acta de enero de 1672, la designaci?n de maestro de capilla, a favor de T?llez Rodr?guez, y la de Sebasti?n Garc?a Serrano, como cantor, asign?ndosele, al segundo, la cantidad de seiscientos reales de plata, como honorarios. Ambos permanecieron en sus oficios hasta el 1680, cesando, en esta fecha, esas designaciones y sin que se indiquen, en las actas, las causas.
Desde el 1698 hasta el 1756, no se encuentra, en las actas, ning?n nombramiento de organista, sorchantre, maestro de capilla ni cantor.
?Ser?an suprimidos los servicios o dejar?an de ser provistos los cargos por el cabildo de la catedral?
Lo primero es inadmisible despu?s de un siglo de haberlos utilizado; cabe m?s bien suponer lo segundo, en vista de la c?dula expedida en el Escorial, el 12 de junio de 1749, por el Rey Fernando VI, en la que se negaba a acceder a la petici?n del Cabildo para que se excluyesen los mulatos al designarse los cuatro m?sicos que constitu?an la capilla de la cofrad?a del Sacramento y fuese obligatorio, para dichos m?sicos, tocar en todas las festividades de 1? y 2? clase.
El Rey no consideraba depresivo para las solemnidades del culto la presencia de los mulatos m?sicos, ni en la capilla del Sacramento, ni en las procesiones y vi?ticos: por el contrario, recomendaba se les tratase con las consideraciones debidas a todo ser humano, si bien indicaba se cubriesen las vacantes con los m?s id?neos.
?En qu? forma estaba organizada esa capilla? ?Qu? funciones desempe?aban los cuatro m?sicos?
Sin documentaci?n en que apoyar el aserto y s?lo teniendo en cuenta c?mo estaban organizadas, por aquella ?poca, las capillas de las catedrales espa?olas, suponemos que el cuarteto estar?a representado por el ?rgano, dos chirim?as y un fagot.
El presb?tero Don Francisco de Sotres, notario y secretario del Obispado, desempe?? la plaza de organista durante los a?os 1756 y 57; y la de sorchantre, en iguales fechas, Don Bernardino Lexes.
Desde 1758 hasta el 1761 en que falleci?, fu? organista Miguel Feliciano, permaneciendo la plaza vacante hasta el 31 de diciembre de 1769, en que fu? nombrado Domingo de Andino quien continu? hasta 1800, fecha con que cerramos este cap?tulo.
Muerto el sorchantre Lexes, en 1758, hasta el 1761 no fu? nombrado Miguel Bonilla, sucedi?ndole, desde 1762 hasta el 68, el Cl?rigo de menores, Don Pedro Mart?nez.
Don Jos? de Torres fu? sorchantre en el a?o 1769, y del 1770 al 74, Jos? Vicente Mu?oz.
En 1775, design?se al presb?tero Don Antonio Jos? Espeleta, reeligi?ndosele para el 1776, y, desde 1777 hasta 1783, sirvi? la plaza Don Leonardo del Toro y Qui?ones, que falleci? en este a?o. Le sucedi?, interinamente, Don Jos? Mar?a Ruiz hasta el 1785 en que fu? nombrado, en propiedad, Don Pedro Level que la sirvi? hasta el 1790.
Durante los a?os 1791 y 92 desempe?? el oficio, Nicol?s Ruiz; del 1793 al 95, Don Pascual Gonz?lez; y, desde 1796 hasta el 1800, el Rev. Don Agust?n Benito Valdejuli que ejerc?a, a la vez, las funciones de Secretario y Protonotario.
La frecuencia con que vacaba el oficio de sorchantre y el tiempo que permanec?a sin cubrirse el cargo, hace suponer cu?n escasos ser?an los apropiados para ejercerlo, hip?tesis que confirma la Real C?dula de 18 de diciembre de 1792, incluyendo copia de un oficio del Obispo sobre: "la necesidad de un sujeto instru?do en el canto llano que tiene la Catedral para que se informe sobre lo que expresa."
Bolet?n hist?rico de Puerto Rico.--Coll y Toste.--Tomo I, p?gina 57.
Ya por estos mismos a?os, seg?n dice otra c?dula que, sin fecha ni encabezamiento, existe en el archivo, se solicitaba la asignaci?n de para un profesor de solfeo y canto, a fin de instruir un n?mero de ni?os que ayudasen a solemnizar las festividades.
Seg?n referencias, se denominaba "de Asturias."
Dicha banda, sin que estuviese constitu?da por artistas, ni la ?ndole de sus trabajos formasen escuela, vino a ser un nuevo elemento en el desarrollo del arte musical.
Durante las guerras de las colonias, se estableci? una gran corriente de inmigraci?n hacia esta isla, que lleg? a su mayor incremento cuando, en el a?o 1821, se emancip? Venezuela.
En la parte religiosa, no hubo notable modificaci?n, pues, oficialmente, en la Catedral continuaba el cabildo haciendo los nombramientos de organista y sorchantres.
Como organista, sigui? reeligi?ndose a Domingo de Andino hasta el a?o 1819, en que, seg?n acta del 12 de diciembre de 1818, el cabildo acord? "que, en atenci?n a estar ya imposibilitado para ejercer la profesi?n y haber pasado m?s de sesenta a?os en el servicio de la iglesia, se le jubilase con una pensi?n anual de 180 pesos, y que se le proporcionase otro m?sico de canto llano y figurado para que le asistiese a tocar el ?rgano en todas las misas de r?brica y en las dem?s que hayan, consign?ndole, por estos servicios, 300 pesos anuales."
Los sorchantres fueron: en 1800, Francisco Rodr?guez Col?n; en 1801, Don Francisco Carba??n, interino hasta nuevo acuerdo, que recay? en el fraile dom?nico, Francisco Riesco al que se le aument? el salario hasta completarlo en 100 pesos. En 1802, Don Juan Nepomuceno Xusi?n al que sucedi?, en 1803, Don Emigdio de Torres, cl?rigo tonsurado, con obligaci?n de ponerse de acuerdo con el can?nigo Don Juan de Andino, para que le ense?ase los tonos necesarios del canto llano y que no se cubriese la plaza hasta la partida de Xusi?n.
La minuta no dice si ese estipendio era anual o mensual. Antes ten?a la asignaci?n de 32 pesos.
Vacante el cargo en 1804, el cl?rigo di?cono Don Victoriano Mart?nez, fu? nombrado en 1805, desempe?ando el cargo hasta el 1810 en que designaron, interinamente, al tonsurado, Don Cayetano Pastrana, quien la sirvi? hasta el 1811.
Aumentadas a dos, en 1812, las plazas de sorchantres, Don Juan Vicens ocup? la de 1? y Don Jos? Mat?as Cuxach la de 2?, con 100 pesos de asignaci?n.
Cuxach desempe?aba, a la vez, la plaza de organista, sustituto, pues como titular segu?a apareciendo Domingo de Andino, honor especial que quiso conferirle el cabildo hasta su muerte acaecida en 1822.
Desde el 1813 hasta 1824, en que falleci?, continu? de organista, sustituto y en propiedad, Don Mat?as Cuxach. Don Juan Vicens segu?a siendo el primer sorchantre, teniendo por segundo, en 1824, a Miguel Sandoval.
Muerto Cuxach, en 1825 ocup? la plaza de organista Don Jos? Mar?a Benigno Freij?. Era en este a?o sorchantre 2? Don Ram?n Girona.
Don Juan Vicens sirvi? el cargo de organista, en calidad de interino, a la muerte del anterior, nombr?ndosele en propiedad, hasta el 1830 en que falleci?.
Desde 1826 hasta 1830, figuraron como sorchantres, Ram?n de Soto, Don Isidoro Mart? y Don Ram?n Segn?.
En la d?cada del 40, el cultivo de la m?sica debi? de adquirir mayor impulso, pues as? lo hace suponer la existencia de algunos pianos o clavicordios, en San Juan, y el haber sido terminado el teatro que empez? a edificarse en el 1823, a iniciativas de la Real Sociedad Econ?mica de Amigos del Pa?s, organismo que contribuy? poderosamente al desarrollo econ?mico, social e intelectual de Puerto Rico. Los m?sicos mayores y partes principales de las bandas de m?sica contribuyeron mucho al fomento de la ense?anza musical.
Entre aqu?llos, figur?, en primera l?nea, Don Jos? ?lvarez, m?sico mayor del Regimiento de Granada, y que despu?s pas? con igual cargo, al de Catalu?a, cuando ?ste y el de Antequera, relevaron a los de Asturias y Granada.
Don Jos? ?lvarez debi? poseer buenos conocimientos de m?sica, a juzgar por los disc?pulos que obtuvo, entre los que sobresalieron sus hijos Mauricio y Herm?genes, Don Felipe Guti?rrez y Juan In?s Ramos.
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