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Words: 37556 in 8 pages
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: Tierras Solares Obras Completas Vol. III by Dar O Rub N Ochoa Enrique Illustrator - Europe Description and travel; Andalusia (Spain) Description and travel; Darío Rubén 1867-1916 Travel Spain Andalusia; Darío Rubén 1867-1916 Travel Europe; Authors Nic
La goletera, la hero?na de Arturo Reyes, sale multiplicada de su barrio, seguida del novio y de los varios Pipiriga?as que andan alrededor suyo. Como no soy muy ducho en distinguir las de la Goleta entre las del Perchel y de la Trinidad, se me antoja una Trini cada moza de las que llaman barbianas, con bellos ojos y caras y cuerpos de celeste pecado mortal. En el paseo, por la tarde, a orilla del mar quieto y amoroso en su dulce infinito, se juntan todas esas Trinis en grupos familiares, cerca de peque?as hogueras en que en sartas se asan las ricas sardinas reci?n salidas del copo, y que se comen calientes, regadas despu?s con el chispeante Montilla que pone luz solar en la cabeza y suelta estas ?giles lenguas, estas ?giles manos y estos ?giles pies, pues siempre se toca la guitarra, siempre se jalea, se acompa?a al tocador con las palmas, siempre se cantan las gimientes malague?as o los r?tmicos tangos, y a veces se ve a una brava muchacha iniciar un paso en que luce el garbo heredado de las antiguas danzarinas andaluzas. Las percheleras y las trinitarias son famosas por su gracia y su habilidad para el canto y el baile. As? las he admirado al pasar, mientras un sol cari?oso te??a ya de oro, de violeta, de p?rpura, el inmenso cristal mediterr?neo.
Los hombres pasan con sus trajes nuevos, las americanas ce?idas a la torera, los sombreros grises cordobeses, los zapatos de charol con la inevitable ca?a de color claro. Y con ciertos andares y ademanes que hacen ver que el compadrito bonaerense ha heredado algo de por ac?. Y las mujeres andan como que se deslizan, con los mantones de lana, blancos, rojos, azules, como las corbatas de los novios y amigos, y llevan las cabezas hermos?simas, adornadas con flores, profusamente, rosas fresqu?simas y rosadas, claveles ultraviolentos, y unas especies de crisantemas pajizas que llaman goyetinas, y que completan la decoraci?n floral. Qui?n va a la casa a preparar la cena de la noche, qui?n va a las barracas a comprar juguetes con los ni?os; juguetes que tienen todo el car?cter local: guitarritas, casta?uelas, panderetas y figuras de nacimiento, que se venden al lado del pin-pan-pum, divertimiento grotesco en que la brutalidad y el instinto de agresi?n humanos encuentran contentamiento, lo mismo en la feria de Neully que en la diminuta fiesta pascual malacitana. Las borracheras populares comienzan a hacer ruido por la noche. Se oyen pasar las sonoras , reuniones de muchachos y muchachas del pueblo, que van cantando coplas por las calles, coplas que recuerdan la celebraci?n del d?a, la Virgen en el pesebre, Jos?, el ni?o Jes?s, el buey y la mula. Y de paso va entremezclada la copla amorosa o sat?rica, al son de las zambombas, al grito de los pitos, al chocar de las almireces y casta?uelas, al rasgueo de la inseparable guitarra. Hay quien se acuerda todav?a de por qu? se celebra esa noche; hay quien piensa, por la tradici?n, en la estrella de los reyes magos, en la aldea de Bel?n, en el Dios de los cristianos que naci? pobremente, que muri? hace muchos siglos, y por el cual se pasan ratos muy agradables y regocijados.
La nochebuena se viene, la nochebuena se va, y nosotros nos iremos y no volveremos m?s.
?Carrascl?s, que gordo est? el pavo; carrascl?s, que gordito est?; carrascl?s, qu? enjundia que tiene; carrascl?s, carrascl?s, carrascl?s!
?Qui?n se acuerda en Par?s, al engullir el blanco, ni de Cristo ni de la muerte...?
Luego se va aqu? a la misa del gallo. Las gentes invaden la iglesia, iluminada como para la alegre fiesta. El ?rgano lanza sus chorros armoniosos. Los villancicos resuenan, como las coplas de una celeste juerga. Los registros de la voz humana, del bombard?n, de la chirim?a, derraman sus sonidos como en un trueno de m?sica. Hay verdadero gozo en el ambiente, aunque la devoci?n no sea muy grande. Las campanas han anunciado el nacimiento del buen Pastor, celebrado por los pastores y adorado por los reyes. Todo eso est? muy bien; y as? ha llegado la hora de ir a los ?gapes copiosos en que hay tanta golosina, tanto vino encendedor de sangre y el animal de ritual:
?Carrascl?s, que gordo est? el pavo; carrascl?s, que gordito est?; carrascl?s, qu? enjundia que tiene; carrascl?s, carrascl?s, carrascl?s!
Luego ser? la danza, los cantos; airosas sevillanas, donairosos panaderos, saltantes y garbosas jotas. Y el buen pueblo continuar? en la zambra; saldr? por la poblaci?n caminando al comp?s de sus instrumentos, echando al aire, bajo las estrellas, estrofa y estrofa; la parranda llenar? con sus ecos todos los barrios; el vino ir? dejando vencidos, y la ?ltima canci?n se escuchar? hasta despu?s de que haya salido el sol.
Sol andaluz, que vieron los primitivos celtas, que sedujo a los antiguos cartagineses, que deslumbr? a los navegantes fenicios, que atrajo a los brumosos v?ndalos, que admir? a los romanos, pero que, sobre todo, fu? la delicia de los africanos de ojos y sangre solares; ?l es m?s que todo el donador de gracia y amor en esta tierra. M?laga es predilecta del divino Helios. Esas son cualidades solares. El sol da su brillo a la imaginaci?n malague?a, su fuerza a la fecundidad malague?a, su singular encanto a la hembra malague?a; Castelar no era de M?laga, era de C?diz; hermana solar tambi?n; pero C?novas era malague?o. La paleta del egregio maestro Moreno Carbonero concentra mucho de esta luz poderosa y dominante. Los poetas malague?os D?az de Escovar, que hace cantares oyendo el latir del coraz?n de su pueblo; Reyes, que lleva la primac?a, ardoroso moro, y m?s que andaluz supermalague?o; Rueda, maestro en gay saber andaluz; Urbano, delicado; S?nchez Rodr?guez, triste y melodioso; Gonz?lez Anaya, enamorado melanc?lico de su tierra; Fern?ndez de los Reyes, que labra el verso sincero y vibrador; todos los portaliras malague?os son dignos de su raza solar. Son almas que sufren lejanos atavismos, de los cuales brota el canto como la rosa del rosal.
Hay una estatua que levantar en M?laga: la de Hamehet-el-Zegr?.
Y as? concluyo estas l?neas sobre la Nochebuena, en pleno sol.
As?, toda joven que aprende a bailar, sue?a, si es bella, con la felicidad que existe en el extranjero, con las contratas en grandes ciudades en que hay gloria y amor rico, en las victorias de las Carmencitas, Oteros, Guerreros y Chavitas que van conquistando el mundo a son de sevillana, jota, vito, seguidilla o tango. Entretanto se van cerrando los caf?s t?picos de cante, aun en esta misma Andaluc?a de las guitarras, coplas y claveles. Aqu? en M?laga hab?a cinco, por ejemplo, entre ellos el famoso de Silverio, y apenas queda uno, muy mediocre y poco atrayente. En Sevilla se cerr? el sonad?simo Burrero, en la calle de las Sierpes, despu?s de haber tenido en su tablado todas las celebridades guitarreras y coreogr?ficas de la tierra, que como sab?is, es . Restan apenas las vistosas y decorativas casas de cante y baile que puedan satisfacer la curiosidad del viajero, en ciudades de segundo orden, como Ronda, V?lez-Malaga o Antequera, lugar por donde muchos quieren que salga el sol...; o all? en Algeciras, o La L?nea, en las cercan?as de Gibraltar, en donde los ingleses de la guarnici?n van a dejar sus libras convertidas en castizas pesetas.
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